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domingo, 20 de noviembre de 2016

5 -7 -5 | ENTREGA TP FINAL


                                          5 -7 -5

   Precisamente, el título es la consigna. O bueno, gran parte de ella.
  Partiendo de material vivido y obtenido de nuestros viajes, de nuestro entorno, de diferentes momentos, la consigna fue tomando forma a medida que intentábamos develar porqué nuestros ojos habían caído en ciertos lugares y cosas.
   Finalmente, la consigna encontró estos rostros para mostrarse; éste fue el idioma que habló.

La superposición que establece un diálogo entre dos registros, y se transforma en una sola voz que habla.

Cada poema de 3 versos en el que incesantemente las sílabas cuentan 5 - 7 - 5, esperando por una intuición que los decodifique.

La naturaleza que se hace presente como motivo; ella y todo lo que envuelve y revuelve.

La banda sonora que llegó a los oídos sin ser buscada y desde muchos vientos, simple, natural aunque sinusoidal, restos del azar. Melodías varias, como pretendientes que anhelan un beso, que sólo uno consiguió.

La ausencia de nombres, de manos, de labios. De un alguien que se mueva, con rostro y andar humano, en los encuadres.

Cada video un poema, un capítulo, un cuadro, un haiku visible; sin embargo pétalos de la misma flor.






   Último trabajo práctico. 
   Personalmente estoy más que feliz con el resultado, porque creo que es verdaderamente la expresión de un lenguaje tanto visual como literario al que no hubiéramos llegado el uno sin el otro. Ahí estamos los tres.
Cada mirada individual, cada descubrimiento propio sobre el propio material o ajeno sobre el ajeno, nos iba señalando distintas puertas que podíamos abrir o no. 
En general creo que fuimos superando las dificultades y las dudas esforzándonos por ser abiertos con las ideas del otro, siempre respetando nuestras diferencias y tratando de construir algo en común a partir de esos aportes y diferentes ambientes de los que venimos.
Recuerdo que para mí, la conexión con este trabajo fue difícil, no porque no generara material o éste no me gustara, o por falta de voluntad, sino porque no lograba dar con el ángulo, con el huequito por el cual entrarle; como si habláramos diferentes idiomas o estuviéramos en diferentes frecuencias. 
Creo que el momento en el que por fin cambió eso fue cuando llegaron los haikus. Ahí realmente me enganché y todo fue encontrando su cauce. En la escritura (y la lectura) tantas veces encuentro rutas y colores que a veces puedo hallar de otra manera. Y el hecho de que son el resultado de las voces de todos, que existen sólo porque nos animamos a sentirnos cómodos, a participar, a proponer, a aprender, a ser corregidos o incomprendidos, a aventurar... eso los pone en un lugar especial: el de compartir el tiempo y el espacio de y con ciertas otras personas, y no otras. Como lo es todo en la vida, si lo pensamos, pero no quiero irme por esas ramas. Quizás en otra reflexión.

   Agradezco mucho las ganas, las mentes, las imaginaciones de Manu y Diego, y la fe de que a la larga el TP iba a salir. Eso fue contagioso, y pese a los resbalones en este arroyo, ahora que nos podemos sentar a disfrutar el paisaje, qué lindo se ve el panorama.


Gracias, Señor, por el gran regalo de esta cursada,habiendo pospuesto la materia en años anteriores. Claramente por algo fue. Qué raro Vos haciendo de las tuyas por mí.💚💗💛

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